La virtud de la misericordia cristiana también se concreta en el cuidado de la Casa Común, de la naturaleza y de los recursos que ella nos proporciona. Por eso, Cáritas favorece la necesidad de asumir y llevar a cabo distintas prácticas medioambientales que permitan mejorar la situación de los más necesitados aprovechando los recursos de todos.
Con ello, Cáritas fomenta un cambio en la visión económica donde el protagonismo sea de las personas, como centro de la economía y destinataria del bien común, al contrario de la competencia y el individualismo. Esta visión no es una utopía, sino reflejo de la propia Doctrina Social de la Iglesia.