El testimonio de vida y oración de los tres pastorcitos de Fátima permitió a los jóvenes conocer la misericordia y el amor de Dios con todos nosotros.
Los alumnos del Taller Prelaboral de Polimantenedor de Edificios han vivido estos días –del 13 al 16 de junio- una experiencia inolvidable en el Santuario de la Virgen de Fátima, donde han profundizado en la vida y en la historia de los tres Pastorcitos de Fátima, acercándose de esta manera a la Virgen María. Los diez chicos estuvieron acompañados por el delegado episcopal de Cáritas Diocesana, don José María Cabrero, así como el secretario general de Cáritas, Javier García-Cabañas, y los monitores del Taller, Ana Sánchez-Beato y Alfonso Sacristán.
El testimonio de vida y oración de Lucía, Francisco y Jacinta, en torno a las apariciones del Ángel de la Paz y de la Virgen María, puso de manifiesto a los jóvenes la necesidad de rezar, de rezar mucho por los pecadores y por todos aquellos que no rezan, así como conocer la misericordia de Dios en todos nosotros.
Uno de los momentos más emotivos de la peregrinación fue la visita a la Comunidad católica del Cenáculo, en la que gracias al testimonio de vida de dos chicos –que han conseguido salir de la droga y otras adicciones- descubrieron cómo Dios nos ama a todos, nos perdona siempre y nunca nos abandona. Los dos jóvenes contaron cómo era su vida “enganchados” al placer de la droga y a una vida artificial en la que los amigos no eran amigos, y cómo entraron en el Cenáculo, encontrándose con Jesucristo, descubriendo el amor de Dios que todo lo cura, gracias al trabajo y a la oración.
Han sido tres días de convivencia y amistad en torno a la Virgen María, que les ha ayudado a acercarse a su hijo Jesús. Así la mayoría de los jóvenes han destacado como el momento más significativo para ellos cuando en una de las apariciones de la Virgen María- la producida el 19 de agosto de 1917 en Valinos- rezaron el Rosario, ofreciendo cada misterio por una causa, sin olvidarse de los cristianos perseguidos ni por los niños de Proyecto Mater.
El delegado episcopal de Cáritas, don José María Cabrero, hizo reflexionar a los jóvenes sobre quiénes son, qué están haciendo en su vida o qué quieren que Dios haga por ellos, entre otras preguntas. Un viaje, que tal y como manifestó don José María Cabrero, “en estos momentos Dios está pasando por aquí”.
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