Para Cáritas la nueva crisis social ha llegado con el impacto del Covid-19 y provocará, de no adoptarse las medidas sociales necesarias, que una parte de los ciudadanos estén en riesgo de incrementar la población en exclusión social.
El informe FOESSA que el pasado mes de julio se presentaba en nuestra Región, decía que entre las 328.000 personas en exclusión social en Castilla-La Mancha, hay un grupo de 127.000 personas que acumulan tal cantidad de problemas y necesidades que van a ser las primeras en notar el parón de nuestra economía y de cómo se establezcan las prioridades de las políticas de protección social.
Cabe recordar, que durante el breve período de recuperación que hemos vivido tras la última crisis, no hemos conseguido revertir suficientemente la situación de esas personas para volver a parámetros del año 2007. Su capacidad de resistencia ante esta nueva crisis es prácticamente inexistente.
Para intentar paliar el incremento del empobrecimiento, desde Cáritas se está intensificando la labor de acompañamiento a todas las familias y personas que están en una mayor situación de desprotección, no solo facilitando alimentos y productos de primera necesidad, sino también ofreciendo un acompañamiento a las personas sin hogar, a las familias, a los niños, a los centros sanitarios, etc., desde los distintos proyectos de las Cáritas provinciales. Cada gesto cuenta y nuestro foco está en las personas más vulnerables.
Para Cáritas, esta emergencia es una llamada urgente a la solidaridad con los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, los más afectados por esta pandemia global. Es una llamada a trabajar en común, por eso en cada una de las cinco provincias de nuestra región, se está tratando de mantener tantos servicios como son posibles.
En este sentido todos los agentes de la institución (voluntarios, sacerdotes, trabajadores), están dedicándose intensamente a proporcionar estabilidad ante esta incertidumbre. Desde que comenzara la crisis, Cáritas ha atendido a 6.220 familias, invirtiendo 167.149,56 €; fondos que provienen de la generosidad de muchos castellanos manchegos que han depositado en Cáritas su confianza para ayudar a los que más lo necesitan; socios y donantes, administraciones públicas locales, provinciales y regional, entidades bancarias, empresas y fundaciones…
Recursos que se han empleado en realizar transferencias bancarias, vales y en economatos de la propia Cáritas, para que las familias puedan ir a comprar lo que van necesitando en el día a día, ya sean productos de alimentación, de higiene o sanitarios, pero también, se ha ayudado a estas familias con el pago de recibos de agua, luz, calefacción y alquiler del hogar o material escolar. En este tiempo de crisis, y ahora más que nunca, Cáritas sigue impulsando la dignidad de las personas.
Desde Cáritas Regional de Castilla-La Mancha, hacemos nuestras las palabras del cardenal Tagle (presidente de Cáritas Internacional), cuando dice en su mensaje de Pascua, que “Cáritas está afrontando esta emergencia mundial trabajando en unidad, compartiendo las experiencias realizadas y apoyándonos en los pequeños y grandes gestos de esperanza y solidaridad, que nos llaman a un nuevo futuro y a un nuevo modo de vivir». Y concluye “con la certeza de que la luz de la Pascua iluminará «la oscuridad» de la crisis actual”.
Desde Cáritas Regional de Castilla-La Mancha, agradecemos a todos los agentes de Cáritas, voluntarios, sacerdotes y trabajadores, la confianza con que abren sus corazones y se entregan plenamente para llevar las luces del amor y la esperanza a la vida de las personas más vulnerables en este oscuro momento.
Cáritas Castilla-La Mancha