Los destinatarios de los talleres son menores de entre 6 y 12 años (de 1º a 6º de primaria) pertenecientes a familias con pocos recursos económicos y que, en algunos casos, suman otras dificultades.
A lo largo de este mes de octubre darán comienzo los Talleres Infantiles de Cáritas Diocesana de Toledo, que surgieron en 2013 con el objetivo inicial de garantizar el alimento a los niños de familias más desfavorecidas de nuestra Archidiócesis, siendo un programa que se enmarca dentro del Área de Familia de Cáritas, y del que este curso se benefician casi un centenar de niños. Para que no quedara sólo en ayuda alimentaria, gracias a la colaboración de voluntarios se trabaja en atender las necesidades de los niños de una manera integral, de tal manera que se les ofrece ayuda alimentaria, académica (apoyo escolar para realizar sus tareas), y afectivo-social.
La coordinadora diocesana de los Talleres Infantiles, Natividad Simal, ha señalado que estos talleres “se convierten en lugares de encuentro en el que potenciar habilidades afectivo-sociales, así como valores como el diálogo, el respeto, el compartir, etc…, siendo en muchos casos un lugar de referencia para todas las familias, donde encontrar ayuda y acompañamiento”.
También se impulsa la ayuda religiosa pues Cáritas es la Iglesia Católica, por lo que la dimensión espiritual está presente en el proyecto a través de la oración, la bendición de los alimentos y la conmemoración de días importantes dentro del calendario litúrgico, entre otras actividades.
Estos talleres se llevarán a cabo en 10 parroquias de nuestra diócesis en horario diario, entre semana, de dos horas de duración por la tarde. Los sitios donde se realizarán con la ayuda de unos 130 voluntarios son: Centro de Formación Santa Teresa de Calcuta, en Toledo; Parroquia del Buen Pastor (Toledo); en Nambroca, Torrijos, Barcience, Ocaña, Yepes, Illescas, Yuncler y Méntrida.
Natividad Simal, que se ha reunido con los coordinadores de los talleres donde se realizarán, ha destacado el “gran trabajo y dedicación de los voluntarios, pues sin ellos los talleres no se podrían poner en marcha. Un trabajo que se traduce en entrega y generosidad, poniendo su tiempo y su talento al servicio de los más desfavorecidos”.
Los destinatarios del proyecto son menores de entre 6 y 12 años de edad pertenecientes a familias desfavorecidas de la diócesis, siendo criterios clave para su inclusión la situación económica, la situación social y familiar de los menores, la participación en otros proyectos. A través de ellos se busca llegar también a sus padres.