Este centro de Cáritas, que cuenta con 27 enfermos de SIDA y de salud mental, se quedó aislado desde el viernes por estar en una de las zonas más innacesibles de Toledo. Los profesionales decidieron hacer un Plan de Emergencia Especial que implicaba quedarse a dormir en el centro, para que en ningún momento los enfermos estuvieran desatendidos.
Podríamos decir que la tormenta Filomena ha vuelto a poner a todos los ciudadanos – y a las personas más vulnerables más- al límite de nuestras posibilidades, viviendo situaciones insólitas e inimaginables. Los técnicos y voluntarios de Cáritas Diocesana de Toledo en cada una de las Áreas y Servicios se han adaptado a las difíciles circunstancias, demostrando su compromiso con los más necesitados, intentando ayudarles en todo lo que ha sido –y está siendo- posible.
Uno de los centros que una vez más ha vivido situaciones límites al quedarse totalmente incomunicados es Hogar 2000, centro gestionado por Cáritas Diocesana de Toledo, en colaboración con la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha. Este centro cuenta en la actualidad con 27 plazas residenciales y atendiendo a enfermos de SIDA y de salud mental. Se encuentra situado la zona de Montesión, zona que ha sufrido con intensidad los efectos de Filomena por el terreno montañoso en la que está.
Los profesionales ya conocen lo que es trabajar en situaciones muy adversas y arriesgadas, pues hace un año y medio vivieron en primera persona las llamas de un gran incendio que se quedó a pocos menos del centro, obligando al desalojo del mismo en poco tiempo. En esa ocasión no era posible salir porque se quedaron incomunicados debido al temporal y los trabajadores subían andando al centro, nevando con intensidad, con la nieve por la rodilla y con gran riesgo de tener un accidente.
Para poder estar cerca de los residentes y coordinados por Alejandra Serrano, y ante la imposibilidad de llegar en sus vehículos a Hogar, decidieron el viernes establecer un Plan Especial de Emergencia que conllevaba el esfuerzo y la entrega total de los trabajadores con el fin de garantizar la salud y el acompañamiento de los residentes. Los trabajadores renunciaron a su descanso, a sus familias, asumiendo todos los riesgos que conllevaba salir de casa. Algunos se quedaron a dormir en el centro para que en ningún momento los residentes estuvieran desatendidos, y otros accedieron al centro gracias a familiares que tenían todoterreno y a la colaboración de Infocam y Protección Civil que hacían los traslados.
La coordinadora de Hogar 2000, Alejandra Serrano, reconoce que ha vivido momentos de gran preocupación pero que “gracias a Dios no ha habido cortes de luz ni de agua y todo ha ido en orden dentro de la difícil situación, y gracias al equipo de profesionales que ha demostrado una vez más su compromiso y colaboración, poniendo de manifiesto que en Hogar 2000 somos una familia donde compartimos lo bueno y lo malo”.
Servicio de Comunicación de Cáritas Diocesana de Toledo