María conoció a su expareja en abril de 2018 por las redes sociales. Vivía en una ciudad del sur de España con su hija y ahí entabló amistad, que luego fue a más con quien se convertiría en la peor pesadilla de su vida. “Me fui enamorando de él, y creía que iba a ser muy bonita nuestra historia”, manifiesta entre lágrimas, pero “pronto me di cuenta de que eran fantasías mías”.
Esta joven mujer, con dos hijos, uno de ellos mayor de edad, estaba trabajando “y yo veía que me faltaba dinero pero siempre lo justificaba, porque al final siempre tenía yo la culpa”. El hombre del que se enamoró volvió a Madrid y continuó la relación a distancia hasta que ella también se trasladó a Madrid, también con su hijo que estaba con su padre, “creyendo que todo iba a ir bien, formando una verdadera familia”.
“Al principio estuvimos viviendo en condiciones lamentables pero yo seguía enamorada de él”, afirma, aunque continuamente acosaba a su hija. La relación duró ocho meses, hasta que un día la pegó una paliza, “rompiendo varias partes de mi cuerpo, aprovechando que mis hijos no estaban. Te ves sola y te ves impotente”.
Tuvo que sufrir una agresión física para que María abandonara su casa -sin nada-con sus dos hijos que la animaron a alejarse de ese hombre. “Él tiene doble personalidad, porque por un lado hace que te creas que te quiere y por otro lado te maltrata”, expresa María, que se preguntaba “¿Por qué a mí?”
Empezó a pedir ayuda y la recibió del Ayuntamiento. Él no cumplió la orden de alejamiento. Se encontró con un problema y es que “los hombres de 20 años –como mi hijo- no pueden estar en las casas de acogida”, por lo que decidió venir a Toledo y desde Rompe tu Silencio comenzaron a ayudarla y a ofrecerla la ayuda en todos los sentidos que necesitaba ella y sus hijos.
“Todos los días es un día nuevo y gracias a mis hijos di el paso de salir de allí. Ninguna mujer se merece ser humillada y maltratada. Me veo con ganas de vivir y ser feliz”, apunta María.