Tras tres años y medio buscando trabajo un día del mes de septiembre Miguel, con 48 años y un hijo estudiando Bioquímica, decide llamar a la puerta de Cáritas Diocesana de Toledo. “Nunca pensé que me ayudarían de esta manera. Nunca pensé que llegaría a Cáritas”, reconoce Miguel, toledano de “toda la vida”, como él mismo indica.
Sin embargo, las circunstancias “te obligan y ojalá hubiera llamado antes”, porque “Cáritas me ha dado la vida y de estar pidiendo a poder vivir dignamente”.
La entrada de Miguel a Cáritas fue por la Acogida en Vida Pobre, sede de Cáritas, donde “me orientaron el camino que tenía que seguir, y ahí comenzó el acompañamiento”. Así, recuerda que en el Área de Empleo le preguntaron qué sabía hacer y cuál era su perfil. “Había trabajado de todo y no tenía un perfil definido. He sido camarero, he trabajado en un supermercado, en correos, en un vivero de empresas y en todo lo que saliera”, afirma Miguel. A finales de 2017 comenzó en el Taller Prelaboral de Empleo de Agricultura Ecológica de Cáritas en Toledo, donde estuvo seis meses y luego consiguió otros trabajos intermitentes hasta que en septiembre de 2018 es contratado por Cáritas, y en noviembre con el inicio de la actividad de Inserta Toledo comienza a trabajar en la primera empresa de inserción de la provincia de Toledo, promovida por Cáritas Diocesana de Toledo.
El ejemplo de Miguel es el ejemplo de tantas personas que en un futuro no muy lejano desarrollarán su vida laboral en Inserta Toledo S.L.U.