Los voluntarios del Programa de Cooperación Internacional están viviendo su última semana en Cuba, una semana, que según nos explica Nuria, está siendo de despedidas y de agradecimiento por todo lo que han recibido en este mes.
Estos últimos días han estado colaborando con el proyecto Cáritas GDH (Grupo de Desarrollo Humano), trabajando con chicos en riesgo de exclusión social, con bastantes dificultades en sus familias.
Nuria nos cuenta que una de las acciones más significativas para este grupo de voluntario fue en la comunidad de Guabarios, donde trabajan y acompañan a unos 40 chicos que ayudan a través de la música. Les enseñan a tocar un instrumento. Recibieron a los voluntarios de Toledo con un miniconcierto de música cubana compuesta por ellos mismos. “Nos sorprendió porque a nosotros nos costó mucho hacernos con ellos pero cuando cogían el instrumento parecían chicos concentrados, calmados y disfrutando de la música”, recuerda Nuria.
Tuvieron tres días de encuentro con la tercera edad, visitando de dos en dos a cada una de las familias, “encuentros preciosos en los que compartimos oración, experiencias, testimonios de fe y alguna dinámica, demostrándonos que son el motor de la iglesia, las ascuas que mantienen el fuego del Espíritu”.
También agradecen al obispo de Cienfuegos (Cuba), don Domingo, su cercanía, sus atenciones y el estar en todo momento pendiente de ellos, “dándole las gracias de corazón por la acogida que han recibido”. Asimismo palabras de agradecimiento del equipo de Cáritas Cienfuegos que han coordinado la misión, “y que nos han hecho sentir como en familia”.
Una experiencia sin duda inolvidable, y que hemos podido compartir con ellos. Gracias a los voluntarios que han dedicado su verano a dar testimonio y a acercar también la Buena Noticia del Amor de Dios.