Desde el proyecto Rompe tu silencio, queremos condenar cualquier forma de violencia y, con las palabras de San Juan Pablo II, agradecer a cada mujer su misión en la vida de la humanidad.
Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida.
Te doy gracias, mujer-esposa, que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida.
Te doy gracias, mujer-hija y mujer-hermana, que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia.
Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del “misterio”, a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad.
Te doy gracias, mujer-consagrada, que a ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, Verbo encarnado, te abres con docilidad y fidelidad al amor de Dios, ayudando a la Iglesia y a toda la humanidad a vivir para Dios una respuesta esponsal, que expresa maravillosamente la comunión que Él quiere establecer con su criatura.
Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas.
El desarrollo del proyecto “Rompe tu silencio”, que ha atendido desde su inicio en 2018 a 193 mujeres y 260 menores, ha supuesto una gran movilización de la diócesis de Toledo. La Iglesia diocesana se ha volcado para dar respuesta integral a las necesidades de las mujeres e hijos que son víctimas de violencia. Damos gracias a Dios porque nos concede hacer camino con tantas mujeres que nos muestran que Él es capaz de sanar y restaurar la auténtica dignidad de la persona.
Cáritas Diocesana de Toledo