1.- Proclamamos que TODO ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merece su especial dignidad, desde su concepción hasta la muerte natural. Queremos decir “sí” a la vida, queremos decir “sí” a la mujer, queremos decir que la vida empieza aquí, en seno de la mujer. Queremos decir que la vida es “sagrada”.
2.- Reconocemos y ponemos en valor la vida y el derecho a la vida en toda circunstancia. Cada persona está llamada a cumplir una misión única en el mundo. Aquí se manifiesta la grandeza y el valor sagrado de la vida humana.
3.-La vida de toda persona, independientemente de la situación de dolor o sufrimiento que esté atravesando tiene un valor intrínseco e inconmensurable, tiene una dignidad absoluta que todos poseemos por igual y que nadie puede arrebatarnos. El reconocimiento de esta dignidad es la fuente del respeto debido a toda persona, la razón por la cual debemos protegerla siempre. Quien sufre una dolencia o padecimiento grave, crónico o limitante merece una atención y dedicación especiales.
4.- Cada uno de nosotros somos seres débiles, frágiles y vulnerables Esto se pone de manifiesto, principalmente, tanto al inicio como al final de nuestra existencia. El cuidado del ser vulnerable, recién nacido, enfermo, discapacitado o muriente ha sido y es uno de los rasgos esenciales de la condición humana. La respuesta a esta fragilidad se traduce en una ética del cuidado, en acoger y acompañar a toda persona en cualquier situación de vulnerabilidad.
5.- El aborto no es una forma de liberación femenina, es la mayor violencia hacia la mujer y por eso las mujeres nunca hemos sido tan esclavas como ahora. España, al legalizar el aborto, se convierte en una nación pobre, en un país que no enseña a amar sino a aplicar la violencia destruyendo la paz. Exigimos a todos los partidos políticos que tomen la determinación de defender al no nacido y no permitir bajo ningún concepto que un niño sea rechazado.
6.- Damos gracias a Dios por nuestros mayores que son testigos de nuestra vida y dan valor a la misma. Pedimos el respeto de su dignidad por parte de todas las instituciones gubernamentales, sociales y sanitarias. Nadie tiene derecho a decidir el tiempo de vida de otra persona, aun enferma.
7.- Rechazamos todas las leyes y prácticas que atentan contra la vida humana en cualquier momento de su existencia, así como su financiación e imposición ideológica. Queremos hacer frente a la cultura de la muerte, que lleva a la sociedad, a las familias, a las mujeres y hombres; a situaciones de desesperación, violencia, confusión y mentira.
8.- Hacemos una llamada a la responsabilidad, al compromiso en la defensa de la vida. ¡Despierta, no tengas miedo! Defiende su valor, ama lo bello y sirve a la vida porque sólo así encontrarás la verdadera paz y felicidad. Pedimos el derecho de interceder y orar de manera pública por cada vida y por cada mujer que es presionada a cometer un acto que marcará su vida de manera oscura y negativa para siempre. La lucha por la libertad verdadera merece cada lágrima derramada, la defensa de la vida merece desgastar por completo la nuestra.
9.- Agradecemos el apoyo de tantas personas, movimientos y asociaciones que defienden, cuidan, acogen y protegen la vida, sumándose a esta causa. Desde Proyecto Mater tenemos la experiencia de la alegría que trae a su familia cada bebé rescatado de las garras del aborto. Desde 2015 han nacido 129 bebés.
10.- Escuchamos a María, nuestra Madre del Cielo, Madre de la vida, que nos dice “Haced lo que Él os diga” y de Su Mano, trabajamos para rescatar muchas vidas, siendo conscientes de la alegría de caminar juntos. Somos la esperanza, somos la luz de un mundo que se ha olvidado de que sólo a través de la cultura de la vida se construye la verdadera civilización del Amor. Gritemos muy fuerte: TESTIGOS POR LA VIDA