Quiero unirme y aplaudir más fuerte que nunca a todo el personal sanitario, a todos sin excepción, médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, limpiadoras, oficios varios, todos los que de una forma u otra en los hospitales, centros sanitarios, residencias de mayores y centros de discapacitados, todos los días ponen su esfuerzo y su corazón en atender a los enfermos.
Mi aplauso también a todas las Fuerzas de Seguridad del Estado, al Ejército, la Guardia Civil, la Policía Nacional y Local, Protección Civil, Cruz Roja, etc., pues sin ellos esto hubiera sido diferente. Me siento orgullosa de ser española.
Mi reconocimiento y aplauso a los trabajadores de los servicios esenciales que estos días están dando lo mejor de ellos para que el país se pare lo menos posible y no nos falte de nada. Con su sonrisa nos atienden en supermercados, farmacias, quioscos, gasolineras, transporte público, sanitario, servicios funerarios, a los empleados de las empresas que fabrican productos esenciales, a los transportistas. Gracias a todos a todos sin excepción.
Pero quiero recordar a unos Ángeles Invisibles, que todos los días en todas las ciudades y pueblos están al lado de los más desfavorecidos tendiéndoles su mano, escuchando sus problemas y ayudándoles materialmente.
Son los voluntarios y trabajadores de Cáritas, que con su lema “LaCaridadnoCierra“ están ahí día a día en todas las Cáritas parroquiales, en los comedores sociales que entregan la comida para llevar a casa, en los albergues de transeúntes y en Hogar 2000.
A ellos a estos Ángeles Invisibles, más de dos mil en Toledo: Gracias. Gracias de corazón. Vuestros aplausos silenciosos son las sonrisas de las familias que cada día reciben vuestra ayuda. Gracias Mamen, Fátima, Alejandra, Maryoli, Javier, Alfonso, Balbi, Carmen, Bea, Mónica, Ángel, Lola, Reyes, Cari, Julio, Trini, Manuel, Vicente, Maite, Verónica, Ricardo, Virginia…, en fin son tantos que sería imposible nombrar en estas líneas a todos.
Y no puedo dejar de reconocer a todos los sacerdotes porque “Laiglesianocierranunca”. Siempre están a nuestro lado, cumpliendo el mandamiento que Jesús nos dejó: “Ama a tu prójimo como a ti mismo “que rememoramos el Jueves Santo en la Cena del Señor.
Cáritas, que es la Iglesia, tiende su mano a los últimos y excluidos, dando esperanza siempre y siendo testimonio del Amor de Dios, porque Cáritas no es Caridad; Cáritas es Amor, el Amor de Dios que nunca pasa, acompañados de nuestro Pastor, nuestro Arzobispo, Don Francisco, que nos acompaña siempre.