En la actualidad es coordinadora del Centro de Distribución “Virgen del Sagrario” y responsable del Programa Empresas con Corazón de la entidad ha dedicado este galardón a todas las voluntarias de la entidad en la diócesis.
El sábado, 8 de marzo, día internacional de la Mujer el Ayuntamiento de Toledo ha entregado en el Hospital Nacional de Parapléjicos los reconocimientos “Toledo con nombre de mujer”. En total han sido 10 las mujeres que han recibido este reconocimiento, y entre ellas estaba Marisa Martínez, exdirectora de Cáritas Diocesana de Toledo, coordinadora del Centro de Distribución “Virgen del Sagrario” y responsable de Empresas con Corazón de Cáritas.
Junto a su familia y amigos han acompañado a Marisa Martínez el director de Cáritas Diocesana de Toledo, José Luis González Montañés, la secretaria general, Mónica Moreno, y trabajadores y voluntarios de la entidad. Todos han destacado el compromiso de la que fuera directora de Cáritas con los más necesitados y con la entidad, siendo por lo tanto un premio muy merecido que reconoce su persona como voluntaria en la Iglesia al servicio de los más vulnerables.
Marisa Martínez, voluntaria desde hace más de 30 años en Cáritas, fue la primera mujer directora de Cáritas en la Diócesis, dedicando este reconocimiento a su familia y todas las voluntarias de Cáritas en la Archidiócesis de Toledo.
“Hace más de 30 años cuando D. Marcelo nuestro arzobispo me nombro directora de Cáritas Diocesana de Toledo, fue para mí una sorpresa y un reto y también un regalo que Dios puso en mi camino.
Era la primera mujer directora de Cáritas en la Diócesis, que en aquellos tiempos pudo sorprender, porque la mujer en la Iglesia no suele tener cargos de responsabilidad, pero tengo que decir que siempre me he sentido querida y valorada por todos los arzobispos y sacerdotes.
Hoy me siento feliz y agradecida por este premio que reconoce en mi persona la labor de la Iglesia porque Cáritas es la iglesia y también orgullosa por ser voluntaria de Cáritas, esa es mi vocación independientemente del cargo que puedas tener”.
Marisa Martínez, que hoy continua en la entidad con un voluntariado muy activo, ha señalado que “para mí ser voluntaria en Cáritas, es compromiso y entrega, es estar siempre a disposición sin mirar el reloj, no es solo dar una ayuda material a personas que lo necesitan, nada más lejos de la realidad. Ser voluntaria para mí es un compromiso integral con el hermano necesitado es, acompañarle en su soledad, o su enfermedad, es ponerse en su lugar y hacerle parte de tu vida. Ser voluntaria es conocerle como persona, por su nombre, conocer sus circunstancias, escucharle, tratar de comprenderle y acompañarle”.
En su intervención recordó todas las horas y días que ha dedicado a los más necesitados, “sacrificando muchas veces incluso a tu familia, pero con la satisfacción del deber cumplido y la alegría de ver lo que desde Cáritas hemos podido ayudar a miles de familias y dando gracias a Dios que me permite continuar con la misma ilusión que el primer día”.
Servicio de Comunicación de Cáritas Diocesana de Toledo